Causas de la desaparición Agricultura industrial: a causa de esto los polinizadores sufren la destrucción de su hábitat natural. La expansión de los monocultivos y la falta de diversidad limitan la capacidad de anidación de las abejas, así como también la plantación de semillas no autóctonas, y el uso de herbicidas y plaguicidas convierten la agricultura industrial en una de las mayores amenazas para las comunidades de polinizadores en todo el mundo. Cambio climático: el aumento de temperaturas, las modificaciones de pautas de precipitación y fenómenos meteorológicos más erráticos o extremos, tienen impacto en las poblaciones de polinizadores, afectándolos individualmente y colectivamente. Insecticidas y plaguicidas: suponen el riesgo más directo, y presentan para las abejas riesgos fisiológicos, interferencias en el comportamiento alimentario y en la orientación, y en el proceso de aprendizaje. Ondas de los teléfonos celulares: los campos electromagnéticos contribuyen a la desaparición de colonias de estos insectos. Provocando una alteración que hace que produzcan con sus alas un zumbido de alarma, que produce el abandono de su colmena. ¿Que podemos hacer para ayudar? Evitar el daño a los polinizadores Eliminar la exposición a sustancias potencialmente nocivas como plaguicidas para las abejas es un paso fundamental para salvar no solo a las abejas silvestres y comerciales, sino también el alto valor ecológico y financiero de la polinización natural. Fomentar su salud: cambiando a otras prácticas en los ecosistemas agrícolas existentes. La agricultura ecológica seria una excelente forma de convertir el sistema en uno que satisfaga tanto las ambiciones de protección medioambiental como las necesidades globales de alimento a corto y medio plazo. Otros insectos polinizadores: avispas, hormigas, moscas, mosquitos, mariposas, mariposas nocturnas y polillas .